8 may 2009

Tristes ojos de ti. Ricardo Arce

Tristes ojos de ti



Caminaba yo, taciturno cuasi perdido entre las hojas secas derribadas por el otoño. Miraba el atardecer ensordecedor y lagrimoso de Tepoztlán, preso de una melancolía brutal al sentir mi mano vacía, mi brazo vacío… Contuve el llanto que asomaba peligroso por las ventanas de mi alma con un cigarrillo apendejador de tristezas.

Fumaba yo, apendejado por un porro de marihuana y con lágrimas en los ojos haciendo equilibrio, cuando la ví; bella, desquiciante, parpadeante, blanca mujer de cabellera negra, vestido amarillo y tetas de primavera. Nariz que, como alguna vez dijo un argentino, pudo ganar un concurso de zanahorias y, sus ojos, renegridos panales de tristeza.

Miraba yo, sentado en la banqueta, bajo un bosque de cientos de colores, un viento gañán que lamía entre su vestido las pieles blancas de mi amada. Deseoso de ser yo, lengua de aire y manos de sol, apagué mi apendejador y me dispuse, cual valiente caballero, a derrotar al dragón llamado miedo y conseguir el amor de mi anhelada doncella.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me huele a blues...

Blog de fomento a la lectura dijo...

ha como me gusta cuando algun escritor cita algun pueblo, ciudad o lugar, eso me trae nostalgias,imagino que el lugar que mencionas es en morelos. nice.