22 jun 2009

Regalos perdidos. Por Isabela Ceja

Te leo y suspiro, suspiro porque llegan ráfagas de recuerdos,terremotos de emociones y la visita de Khaos.

Me siento a mirar por la ventana, contemplo como se derrumba todo y clamo y te grito que me ayudes porque todo se desmorona, descubro que no me escuchas porque mi voz se ha vuelto un susurro, un cuchicheo lleno de llantos y bramidos casi imperceptibles.
Intento cambiarme de lugar, de ventana, de sonido, pero nada, el único que me escucha y responde es Ares, mis ganas se acaban y solo me queda abrazar al silencio.

Artemisa me acompaña a la cama, me sumerjo en la sabanas con la esperaza de llegar a mi cita con Morfeo y pedirle que me lleve a tu lecho. Comenzamos el viaje y apareces, solo que he olvidado que soy presa de tus parlamentos, olvide que en los sueños no se habla, porque ya todos tenemos nuestros diálogos repasados, con tristeza espero que logres leer la melancolía de mis ojos y recuerdes que hay una Diadres atrapada en mi que te necesita.

Apolo emerge y el tiempo se acaba, despierto, abro mis sentidos y me acerco un poco al filo de la ventana, esperando tener éxito, pero el bullicio de Eris con el de una Quimera que solo vomita y despotrica fuego me impiden pensar en un nuevo plan.

Necesito un plan, te necesito aquí.
Quizá solo perdimos la flecha que hace tiempo nos regalo Cupido, quizá solo haya que encontrarla o quizá sin querer la destruyeron los dioses que han pasado a nuestro lado este ultimo mes.



Carta de una ninfa extraviada.

20 jun 2009

Dos poemas de Bolaño (en lo que salimos de la sala de espera)

Ojos

Nunca te enamores de una jodida drogadicta:
las primeras luces del día te sorprenderán
con sangre en los nudillos y empapado de orines.
Ese meado cada vez más oscuro, cada vez
más preocupante. Como cuando en una isla griega
ella se escondía entre las rocas o en un cuarto
de pensión en Barcelona, recitando a Ferrater
en catalán y de memoria mientras calentaba
la heroína en una cuchara que se doblaba
como si el cabrón de Uri Geller estuviera
en la habitación vecina. Nunca, nunca te encoñes
con una jodida puta suicida: al alba tu rostro
se dividirá en figuras geométricas semejantes
a la muerte.
Inútil y con los bolsillos vacíos
vagarás entre la luz cenicienta de la mañana
y entonces el deseo, extinguido, te parecerá
una broma que nadie se tomó la molestia
de explicarte, una frase vacía, una clave
grabada en el aire. Y luego el azur. El jodido
azur. Y el recuerdo de sus piernas sobre tus
hombros. Su olor penetrante y extraño. Su mano
extendida esperando el dinero. Ajena al dictado
de la tribu. Un brazo y unos pies pinchados
una y otra vez; espejeantes en la raya que separaba
o que unía lo esperado de lo inesperado, el sueño
y la pesadilla que se deslizaba por las baldosas
como la orina cada vez más negra: whisky, coca-cola
y finalmente un grito de miedo o de sorpresa, pero no
una llamada de auxilio, no un gesto de amor,
un jodido gesto de amor a la manera de Hollywood
o del Vaticano ¿y sus ojos, recuerdas sus ojos detrás
de aquella cabellera rubia? ¿Recuerdas esos ojos que te hacían llorar
de amor, retorcerte de amor en la cama sin hacer
o en el suelo, como si el mono lo tuvieras tú y no ella?
Ni siquiera deberías recordar esos ojos. Ni un segundo.
Esos ojos como borrados que parecían seguir con interés
los movimientos de una pasión que no era de este jodido
planeta: la verdadera belleza de los fuertes brillaba allí,
en esas pupilas dilatadas, en las palpitaciones de su
corazón mientras la tarde se retiraba como en cámara rápida,
y en nuestra pensión de mierda se oían de nuevo los ruidos,
los vagidos de la noche, y sus ojos se cerraban.

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Un resplandor en la mejilla (Fragmento...)
paisaje de cisnes instantáneos

Ya no sé que decir, alguien me acaricia el pelo y dice
que estoy echando sangre, alguien pasea sus uñas
por mis mejillas y dice que me ama. Y aún me aman
dos niñas que se pierden constantemente por bosques nevados.

Aún me aman dos niñas pero yo hace mucho tiempo asocio el
color azul con la muerte, el rojo con la infancia
llena de bolcheviques y sexo, y el amarillo con carreteras
al atardecer, cuando los vagabundos contemplan
los postes de telégrafo, y las bandadas de pájaros del desierto
regresan del Oeste.

Y parezco un callejón cementerio de tranvias, un
suburbio cubierto de nubes, un poco de azúcar escurriendo
de los labios de un pandillero, que en este caso soy yo mismo,
mirando duramente paisajes interiores, imaginando
con desesperanza otro tipo de manicomio. Otro tipo
de jóvenes doctores. Otras sonrisas paranoicas esbozadas
casi en la superficie de una canción. Y así Utopia
vuelve a aparecer en el centro de las arboledas, las zarzas
vuelven a aparecer en el centro de lso hospitales, los niños
del valle vuelven a oerderse en los departamentos de
los gitanos, y los coches robados vuelan a 150 km. por hora
a donde se supone esta el mar.

Aún me aman dos niñas generosas como el rocío,
como los dibujos estupendos llenos de color de las grandes
carreteras. Visiones que no se destrozan
pero que no sirven para nada. Por el momento Utopía
en nuestro descanso, nuestro baño sauna frenético,
durto como ciertos alcoholes y ciertas plumas, el árbol
al que nos trepamos en las noches de perros y amor, el Buda
que recoge calamares mientras levita en la playa de la luna.
Ya no sé que decir.

[…]

Mi ex mujer se mirará en los lentes negros de un playboy
y le darán ganas de llorar o de poner un disco (duro, breve)
como la fiebre de un niño.

La ternura y la revolución y los poetas pueden dormirse.
Estos días son buenos para los subterráneos voladores, para
los voyeurs de lo abstracto. Alguen apagará la luz
y comentará silenciosamente que las almohadas están
manchadas de sangre.

Ya ni ponerse a hacer silogismos es bueno.
Y tan acertado como siempre, te cagas en el oficio de poeta
cuando es lo único que te queda.

[…]

Por Roberto Bolaño, Jovenes desnudos bajo el arcoiris de fuego, Editorial Extemporaneos, México DF 1979.





Roberto Bolaño cofundador del movimiento infrarrealistas en México.

16 jun 2009

Metantropomorfosis



Cuando Cucaracha se despertó muy incierta una madrugada de un sueño que no sabía que era un sueño, se encontró en una cama que no sabía que era cama, convertido en un hombre parlante recostado sobre una espalda de piel y huesos, con dedos en las patas y brazos en lugar de alas. "¿Qué me ha pasado?" Preguntó, sin saber qué preguntaba. Miró hacía la ventana e intentó volar y, no voló, pero al caer reconoció a su mamá en un zapato aplastada. Entonces la Cucaracha entristeció y supo que lloraba.

15 jun 2009

cinema italiano

Pause
Sentada sobre sillón, piernas cruzadas, flor de loto; mirar las imágenes proyectadas por el reproductor de DVD. Película italiana con tema filosófico que termina en lo mismo: desamor. Sentada comiendo frituras en forma de bola, que cae de mis manos hasta llegar entre mis piernas al borde de la timidez.

Forward
Misma sala, película japonesa, yo mirándote mas que a las imágenes que el televisor proyectaba. Tu boca muda, ache muda, siempre silencio, ache de Horacio de tus ojos de asesino silencioso. Acostada sobre sillón te miro mientras me cobijo bajo una manta café, las manos mías, juguetes incansables se vuelven seductoras, y buscan convertir lo convexo en còncavo, y mover las nubes para hacer llover. Tu me miras, con curiosa lujuria, me observas observarte, a distancia prudente para hacerme venir, llegar, regresar. Arrancas cobija café, que se vuelve testigo del encuentro entre tu pelvis y la mía, testigo de este amor violento que me sacude los huesos hasta desquebrajarlos. Estertor muerte a pedazos, pelicula japonesa olvidada por sobrevivientes de la vida diaria, que juegan a ser invisibles.

Play
Abro ojos, miro fritura en zoom in entre mis piernas, observo pelicula italiana sin entender cuanto tiempo fuera de mi estuve pensandote, ache muda intermedia. Giro sobre mi hombro derecho la otra mitad del sillón esta vacío, nada, viento, frío. Crèditos finales, no estas... te has ido.

14 jun 2009

Mini cuento ateo - por Yosh González

Entonces, Dios dijo: "¡Hágase la Realidad!".

En ese preciso instánte, Adán dejó de creer en Él.

Ha muerto Benedetti; se acabó el desexilio - por Yosh González

"Murió Mario Benedetti, escritor del compromiso". Es el encabezado de La jornada del día de hoy. Se adelantó el autor de la palabra "desexilio". Se vendrán encima los homenajes. Todos los posmodernistas oriundos de Coyoacán o La Condesa discutirán apasionadamente la obra del uruguayo. Los alumnos de CCH o ENP tendrán como tarea leer Andamios. Canal 22, Canal 11, History Channel y la mentira que es el Canal 40 saturarán sus emisiones con información, lecturas, mesas redondas, homenajes, etcétera; todo lo que pueda decirse de Bendetti será dicho en esos medios. La izquierda más intensa elevará plegarias al Cielo, sublimando al escritor al mismo altar en el que tienen al "Che" Guevara, a Lenin, a Stalin, a Rosa Luxemburgo, a Salvador Allende y demás nuevas vacas sagradas de los rojos mal informados. La Academia de la Lengua Española se reunirá, discutirá, conlcuirá que es menester publicar La tregua en edición especial de cien pesos, como han hecho con Don Quijote de la Mancha, Cien años de soledad y La región más transparente. Mario Vargas Llosa, Carlos Fuentes, Gabriel García Márquez, Elena Poniatowska, Carlos Monsivásis... todos ellos y muchos más dirán cosas como "era un gran amigo", "un escritor comprometido con su obra", "siempre actuó de acuerdo a sus convicciones", "era un gran escritor pero, sobre todo, una persona excelente", "los intelectuales estarán de luto" y demás frases hechas. Las librerías Gandhi, El sótano, Fondo de Cultura Económica, entre otras miles más registrarán las más altas ventas en su historia en lo que a la obra del miembro de la Generación del 45 respecta. La editorial Alfaguara reeditará todo lo que Benedetti haya escrito, así sea un asco; el apellido se traducirá en pesos. Todos los escritores en formación se volcarán en la creación de cuentos, ensayos, poemas que mencionen al recién fallecido. El gobierno estadounidense enviará sus condolencias al pueblo uruguayo, a la familia del escritor y a todos sus fanáticos, olvidando por completo el repudio que arrojaban a ese "peligroso agitador comunista". Madonna lo leerá, Adal Ramones lamentará su muerte, Televisa hará un programa especial y todos en la tv abierta guardarán minutos de silencio en memoria de aquél a quien unos días antes ni siquiera pelaban. Letras libres le dedicará un número, al igual que Nexos. Progreso dedicará artículos junto con Replicante y Algarabía. La Academia Sueca se reunirá y considerará seriamente otorgarle un Premio Noble de Literatura póstumo... obviamente, no lo harán. Finalmente, todos y cada uno de nosotros no hablaremos de otra cosa en estos días más que de la muerte de Mario Benedetti, haciendo a un lado el famoso tema de la influenza.

¿Debemos hacer del hombre un mito? ¿Hay que comenzar a verlo como un dios, un ente sobrehumano? ¿Debemos idolatrar su talento literario sin haber leído si quiera su obra? ¿Debemos discutirlo incansablemente en las aulas de la Facultad de Filosofía y Letras? ¿Qué hacer con respecto a la muerte de Benedetti? Una simple cosa que haría más que feliz al autor; lean su obra y dejen de llorarlo amargamente, pues el escritor pone su voz en el texto. No endiosen al ser, mejor lean al escritor. En pocas palabras, déjense de mamadas. Descanse en paz Mario Benedetti y punto.

Elegía a Rocamadour - por Yosh González


Bebé Rocamadour, bebé bebé, Rocamadour:

Extraño aquel remolino que era tu pelaje,
en él me sumergía, intenso vórtex de alegría.

Añoro aquella mirada curiosa y cariñosa;
un lago de aguas traquilas habitaba en tus pupilas.

Anhelo sentir de nuevo lo cálido de tu cuerpo,
así como tus bigotes volando entre mis cabellos.

Quisiera tocar por siempre la triada de tus colores,
y mis lágrimas, al caer en ella, se harían de chocolate.

Escucho entre mis sueños tu dulce ronrroneo,
tu alegre chillido intenso, tu torpe reclamo bello...

Siento, junto a mi llanto, tu lengua sanando heridas;
tus dientes, cicatrizando, tu alma dentro la mía.

Agradezco cada segundo que pasaste junto a mí,
Disculpame por cada vez que te abandoné,
Que en donde habitas ahora silvestre
Exista lechuga por siempre.

Rocamadour, bebé Rocamadour,
dientecito de ajo, te quiero tanto,
nariz de azúcar, arbolito,
caballito de juguete...


Homenaje póstumo a una de la criaturas que más he amado en mi vida terrenal y que hizo más por mi que muchos de mis supuestos amigos. Mi cuyito, Rocamadour, fue un cuenco de donde abrevé para calmar la sed de mi desesperación y melancolía. Murió enseñándome el dolor que es extrañar a alguien, preparándome para los golpes duros de la vida. Aún en sus últimos segundos me pídió mi compañía y exhaló su último aliento entre mis manos. Descanse en paz mi pequeña cobaya, mi arremolinada bolita de pelos, mi más sincero amigo, mi fiel camarada, mon bebé Rocamadour, mi personaje cortaziano, mi amigo en el juego de rayuela, mi Rocamadour (lo que aparece en cursivas es un "cover" de Rayuela de Cortázar. Leer el capítulo 32 de dicha novela).

El verdadero templo del saber - por Yosh González

“Me oculté en los bares porque no quise ocultarme en las fábricas". La anterior frase del mítico escritor norteamericano Charles Bukowski puede parecerle cínica a los puristas amargados; sin embargo, para quienes disfrutamos de las ideas políticamente incorrectas, la declaración del "viejo indecente" nos muestra una verdad irrefutable: los bares son pequeños oasis salvadores en medio del insufrible desierto ideológico de la "zoociedad" (Mafalda dixit).

Injustamente desacreditados, menospreciados, denigrados, los pubs siempre han sido calificados como "lugares de perdición", cuando, irónicamente, es dentro de sus paredes donde uno puede encontrarse a sí mismo, retomar el camino, hallar el Santo Grial, el Aleph con el que Borges tanto soñaba.

Pensemos en los parroquianos de estos establecimientos, quienes hacen del recinto su segundo hogar. Alguna vez una amiga me llamo "loco" cuando le comenté mi profunda admiración hacia personas que, para otros, son sólo asquerosos fracasados. Jugadores, ladrones, dementes, distímicos, junkies, prostitutas, suicidas, misántropos, traficantes, entre otros seres casi mitológicos, se han vuelto dueños de mi más sincero respeto, pues todos ellos gozan de una completa libertad, al menos intelectual. Es ahí donde radica la magia de los bares, en el hecho de ser el lugar donde las criaturas lovecraftianas encuentran el hábitat idóneo para expandir su espíritu indomable al infinito, mientras el resto de la población se ahoga en sus problemas, complejos, deseos reprimidos, sueños frustrados. Los que jamás pisan una taberna suelen ver a esos bohemios trasnochados como troles portadores de un virus mortal. Aquéllos autoproclamados "ejemplos por seguir" no son capaces de notarlo, pero las "buenas costumbres" de las que tanto presumen, así como su hipócrita doble moral, son el verdadero cáncer de una sociedad agonizante. El mundo moderno se rige por leyes inhumanas, crueles, egoístas, opuestas a las enseñanzas procedentes del universo de los ambigús de la vida. Los clientes de un bar son más cercanos a la naturaleza humana; son seres capaces de demostrar el más puro y sincero afecto; no escatiman en sentimientos, su generosidad es innata; gozan de una libertad absoluta; son capaces de admirar la belleza en cualquier situación, persona, objeto... Ellos no le tienen miedo a lo nuevo, a lo distinto, a lo desconocido; disfrutan de la vida sin reprimirse ante cánones inútiles e inservibles.

El arquitecto de origen rumano Dan S. Hanganu dijo en una entrevista: "la escuela es el templo del saber". Además de ser un lugar común, una frase gastada y un aforismo horriblemente cursi, esa afirmación es errónea. El verdadero "templo del saber" es, sin lugar a dudas, el bar. Sólo en sus entrañas se tienen las experiencias más reveladoras del mundo. En la casa del dios Baco uno puede conocer la lacerante sensación de ser rechazado por una mujer, charlar con un amigo que ya no existe en el plano terrenal, escuchar el silencio de un hombre abatido, hablar con la verdad aun al tratar de mentir, ver el alma del otro, no sólo su cuerpo...

Bajo el cálido abrazo de una hermosa tasca uno es capaz de viajar alrededor del mundo: para deambular por las calles madrileñas, sólo debes ordenar una caña bien fría; degustar un mojito para bailar en Cuba; un ponzoñoso vaso de absenta te enviará al Moulin Rogue. Todo rincón del globo posee su elixir, sólo debes buscarlo.

Jack Kerouac, Henri de Toulouse-Lautrec, Niccolò Paganini, Samuel Beckett, Vincent van Gogh, Ludwing van Beethoven, William Blake, Robert Johnson, Ernest Hemingway, etcétera, crearon parte de su obra sentados en el rincón de algún viejo mesón.

El ambiente de un bar, su gente, sus enseñanzas, su modus operandi y demás características se encargan de aniquilar las ideas conservadoras de una población carente de espíritu aventurero, aterrorizada, incapaz de enfrentar el tedio de la vida diaria. Una llama de lúdica esperanza recorre los territorios salvajes por donde se mueven los destilados hasta encontrarse, fusionarse, retroalimentarse con los seres que ahí conviven. Así, al beber un coctel, el hombre no ingiere únicamente el sudor de Dios, también el desenfado y hedonismo de quienes sienten enclaustrados en la prisión de lo "correcto", pero que toman bocanadas de aire de la ventana de la rebeldía.

Por esto y más, exhorto a la gente a abrir su mente hacia terrenos nunca antes imaginados. Visita algún bar del centro de la ciudad, bebe tu néctar favorito, déjate llevar por las suaves manos de las ninfas del placer. Quizá te hagas de un amigo incondicional, de una historia digna de contarse, incluso de escribirse. En el mejor de los casos, puedes hallar a un ser que eleve tu alma a alturas insospechadas, un ser que te proponga dejar a un lado el placer etílico para entregarte al placer carnal. Entonces tienes permitido retirarte del templo donde te encuentras para ir al único lugar que supera, por mucho, al bar: el hotel de paso. Saludo por eso.

Ícaro - por Yosh González

De nuevo volaste muy cerca del Sol. Una vez más batiste tus alas con tal fuerza que pasaste de largo y ya no llegaste a donde querías llegar. Viste la Gloria de cerca, mas no la pudiste tocar. Aquélla cuyo nombre en náhuatl significa "nuestra" no va a ser tuya jamás.

Ahora caes, desolado. El aire te golpea con una fuerza igual a la de la desilusión que te laceró. La gravedad se mimetiza con la realidad... te absorbe, te ahoga, te inunda y te recuerda lo patéticamente débil que eres. No debes ser feliz, Ícaro. Deambula por los Infiernos de tu miseria. Si te encuentras con Dante en el mítico Averno, dile que pierde el tiempo; Beatrice no siente la más mínima necesidad de verlo. Insulta a Virgilio por maldito, ¡cómo se atreve a mostrarle al hombre la fe, esperanza y felicidad que nunca, jamás va a alcanzar! Satanás miserable, ¿por qué pones ante mí un camino que no puedo transitar? ¡Dejadme en la penumbra de mi angustia!

Ah, pelirroja tentación que rechaza tu proceder. En sus brazos eternamente cruzados está la cruel sentencia: "jamás vas a atravesar". Hoyuelos en las mejillas de sonrisas que nunca vas a probar. Miradas desconfiadas que no podrás calmar. Frágil mujer delgada que no quiere en tu cuerpo refugiarse. ¡Oh, desilusión! ¡Oh, trágico destino! No fuiste nunca lo que creíste ser. No pisarás jamás el sitio en el que quieres estar. Ella te alejará cada vez más, compungido Ícaro. No te quiere cerca de sus aposentos, no quiere dibujar tu nombre con su boca, no quiere saber de ti, no quiere... Ícaro, Ícaro, Ícaro... retírate con tu escasa dignidad y no te acerques al Sol nunca jamás.

10 jun 2009

Tatuajes chedar. Por Isabela Ceja

Ella abrió su cartera gorda, llena de tarjetas, tickets y uno que otro recibo comprometedor.
Le gustaban las billeteras para señora, esas con miles de compartimientos, un gran espacio para los billetes y un cierre para la morralla.
Era tan adicta a las tarjetas como yo me volví al queso.
Toma Rogelio, este es el talón de la rifa de Doña Sarita, la vecina de tu madre, lo revisas la semana que entra, a mi ya no me quedan ganas de volver para esos rumbos pero ni una sola vez.-me dijo

A mi me gustaba sacar su cartera mientras ella se bañaba,tenia masomenos treinta y dos minutos para despilfarrar, oler, tocar y desacomodar una a una las tarjetas que obsesionadamente adquiría María,reacomodar aquella carpeta saturada en pendejadas, aveces cuando mi culpa no era tan grande, me daba por lamer los relieves de aquel cierre forrado en piel y ese maldito aroma a ti; era esa combinación de vaca, con colores tierra y tu sádico aroma que me llevo a la perdición.

Comencé a odiarla, dejaba engordar aquel monedero y sabia que lo deformaría. Lleno de esos tickets de shopping burgués, bauchers de cuando me llevaba a cenar,los estúpidos monederos electrónicos que le ofrecían en cualquier tienda departamental o supermercado; todo lo aceptaba con tal de tener otra puta tarjeta, y no era el dinero o el crédito, amabas esa aburrida forma rectangular que podía ser rotulada con tu nombre y apellido.

Le sugerí que tirara los papeles inservibles, le advertí que hecharían a perder el broche imantado pero ella siempre se justificaba con esa pendeja respuesta -son para mis cuentas de fin de mes, debo saber en que gasto el dinero -, me corto un huevo si ella alguna ves hizo eso, claro que no, jamas lo hacía, pretendía tener el porte de mujer moderna y con la virtud de administrar su varo, pero no podía administrar su vida, mucho menos su dinero.

Una tarde mi madre nos invito a comer burritos por casa de mi abuela, yo solo pedí una cerveza, unos nachos con queso y muchos jalapeños. Odiaba salir con ambas perras al mismo tiempo y darme cuenta, que había abandonado a Lucía solo para poder olvidarme de aquella fijación con los senos maternos y experimentar esa desesperada necesidad de ser independiente, pero al estar con aquellas mujeres a mi lado, un estremecedor grito retumbaba desde mis entrañas, recordándome que lo único que había hecho era buscarme otra "domamátrix", con la jodida diferencia de que salía de la vagina de Lucía para irme a meter a la de María y ahora me perdía en unos pechos sin leche cuando hacía unos meses me amamantaban otros. ¡Puta!, eran horribles esos flash back, pero más horrible aún, era sentir la descomunal paz en esta culpable agonía.
Esa tarde no lo soporte más y de un salto me puse en pie, sin avisar y sin ser visto o notado, me dirigí a la caja para comprar mas queso y sumergirme en aquella delicia amarilla con tanta grasa como fuese posible, después degustar tantos y distintos sabores como este chedar o alguna otra nueva variedad; como para rematar mi estupidez olvide mi cartera y tuve que interrumpirlas para que alguna de las dos malditas insanas me provieran de dinero y pagar el estupido queso que ya estaba servido.
María tenía la puta costumbre de picar las cosas que llegaran a la mesa, era algo que yo ya manejaba, porque me resigne y entendí que no lo hacía por joder, era su irremediable asunto por controlar; así que como María había manchado sus dedos me pidió que guardará el ticket en su cartera, por lo que quedo de la tarde yo olvide que que "ellas" solo se reunieron para hablar pendejada, como esa nueva rifa y regalos sorpresa de Doña Sarita, que María había pellizcado mi queso, que tenía un jodido problema con las tetas y que mi futuro aún pintado a lado de una mujer "independiente" era un fracaso, todo pudo pasar a segundo plano por el inesperado momento en que la cartera de María paso a mis manos, le pregunte si podía acomodar sus tickets ya que algunos eran de meses muy pasados, ella con cara de "con tal de que dejes de joder" acepto y pude sumergirme por lo que quedo de aquella gloriosa tarde en sus aromas, los aromas de la mujer que tenía enfrente y por momentos odiaba, por momentos hubiera podido matar o cortarle la mano por haber cogido mis nachos sin permiso, pero al tomar su billetera e inevitablemente olfatear su aroma, los papeles y notas que con dolo tiraba a la basura, me regresaban al extremo placer de ti... de mi en ti.
Esa noche te hice el amor como hace mucho no lo hacíamos, en general el sexo siempre fue bueno. Fue la mejor de todas. Tú explotabas como ninguna y tu aroma era el que gemía y tu sudor el que redactaba cosas como esta...

Deje de respirar por cuatro segundos, el aliento parecía desprenderse desde las profundidades de mi esqueleto, las pupilas revelaron los secretos de mi deteriorada miopía, los poros donde reposan aquellos vellitos se dieron a la fuga y mi sudor, aunque quiso evitarlo comenzó a humedecerte con secretos que flagelaron tu piel y tuve que pedirte perdón. Te amo Roglis....siempre con tu firma advirtiéndome amarme.

Fuiste la primera mujer que me obligo a venirme en una noche once veces, a vece me preguntaba si alguna ves podría dejarte, a pesar de que por meses tus pendejadas me reventaban los huevos, pero tu aroma, tu maldito aroma me cegaba hasta olvidar y hacer todo pequeñeces.

Tres meses me duro la obsesión de los nachos, me chutaba el par de horas con mi madre y tu ojete forma de tratar a los meseros con tal de esperar el momento en que te mancharas los dedos y poder perderme en tu cartera, en tu aroma y esa noche en ti.
Fueron tres meses en que tu explosiones me llenaban el alma, tus efimeros segundos en el limbo dentro o fuera de mi quedaron tatuados gracias al aroma que tu sudor tatuó en mi.

ring, ring...
-¿Sí?
- Soy yo hijo, oye dile a María que gano premio sorpresa con Doña Sarita y que mañana la espero en la casa. ¿Cómo estas? ¿Vendrás mañana?, yo digo que mejor te salgas con tus amigos, eso de andar siempre entre mujeres te puede aburrir, aunque bueno, ya hace dos semanas que no me visitas, desde que ha María le dieron diarrea esos nachos tan buenos que venden por casa de tu Abue, entonces... ¿si vienes?.
-No se ma
-Bueno pues te espero, pero si no vienes espero que te estés divirtiendo con Chefo, ¿y como esta? me entere de que la novia lo dejo a tres meses de casarse y por una chica, hay mijito y tu y María para cuando, no me vayas a salir con que...
-Oye ma, esta llegando María te la paso...
-Si mi vida mañana te veo
-Hola Lucía, ¿cómo estas?
-Bien María, oye mañana te vienes a echar un tequilita, te toco premio con Doña Sarita.
-Si suegrita, oye te dejo porque me vengo haciendo pipí, mañana te veo como a las dos, besitos bye.

Esa noche fue la ultima ves que Lucía y yo cogimos como se debe.
María gano una cartera, dijeron que estaba "divina" palabras pendejas que usan las mujeres (obvio las rifas estaban arregladas y siempre les tocaba lo que deseaban, mientras tanto la pinche Sarita se hacia rica cada semana), esta cartera tenia mas compartimientos, mas espacio y menos piel. Cambio su cartera, yo olvide su aroma,nos perdíamos por semanas, deje de ver a mi madre como por seis meses, ella culpó a María de mi desaparición y yo ha ella por presentarle a Sarita, María me pidió tiempo, y yo lo único que hice fue guardar los tickets del queso,romper el boleto de la rifa, hurtar tu antigua cartera y olvidar que la casa de mi madre existía.

...Yo también te ame María.

9 jun 2009

De la desgracia a la gracia

Hunde su remo el agua fuerte de mi dosis...


Tengo unos lentes de sol. Un amigo los fue armando, comprando en distintos tianguis las partes originales desde el armazón hasta las micas y las gomas del puente; y después me los vendió a un precio muy razonable. De esto hace mas de cuatro años y no lo he vuelto a ver. A través de los cristales de mis lentes, todo parece un atardecer aferrándose a un instante antes de que la ciudad sea barrida por el fuego de una explosión nuclear. Mi amigo era un albañil, con esposa y dos niñas. A las tres las amaba, pero el día que conocimos a dos chicas en la ciudad donde estábamos trabajando, las tres fueron negadas y olvidadas.

...bajo el horno del puente en el jardín de los caracoles descarriados...


Hace unos días platicaba con una amiga, es muy divertida y antes disfrutaba cada una de sus palabras, pero esta vez solo miraba como abría y cerraba la boca y yo inútilmente intentaba concentrarme en lo que decía. Tenia la vista fija en una marca de varicela que ella tiene entre sus cejas y supongo que parecía que la escuchaba atentamente mirándola a los ojos. En realidad pensaba en los pájaros muertos que encontré por el camino cuando venia a verla.

...en el cuenco de mi boca de pez lobo...

La indiferencia me muerde los pies, si todos cayeran muertos a mi alrededor no perdería un minuto en revisar sus bolsillos. La ciudad es una puta muerta pudriéndose al sol. Nosotros somos los gusanos, removiéndose unos sobre otros tratando de comer la mayor cantidad de carroña posible apurados por un instinto de supervivencia que ha sido degenerado.

...pasto debajo huele, poblado de estas tardes, al fuego del remolino.


Me puse mis lentes de sol cuando salimos del lugar en donde estábamos, caminamos juntos por un camellón. Ella seguía hablando, por último mencionó a tres amigas que desaparecieron después de una fiesta privada en una mansión de la zona residencial con altos funcionarios de la casa de moneda. Nadie sabia nada con certeza, pero el rumor de que habían sido asesinadas se esparció por que la madame que las regenteaba desapareció de la ciudad. Me detuve sin decir nada y me senté en el pasto. Ella me dijo adiós y no me fijé hacia dónde se fue. Yo me quedé sentado viendo pasar los autos junto a mi

*Titulo y poema de Mario Santiago Papasquiaro

3 jun 2009

Canto a tu cuerpo

Nunca ha sido cierto
que se caen los cielos
que se parte tu cuello
y se aferran tus dedos a los dedos del viento.

Nunca será verdad que la verdad nace entre tus pechos
mucho menos
que los minutos cuentan gotas y soles desde tus besos.

No será cierto que los relámpagos crecen al desvelo de tus párpados
ni que las flores germinan en tu vientre
polen y giraldas
abriles sin martes, martes sin tus lágrimas.

La única verdad es la verdad de tu cuerpo
que alza el llanto de mi sombra
cual sombra
triste y relampagueada
cual sombra
roída sobre tu espalda.

Encuéntrame entonces
un sepulcro entre tus murmullos
un canto entre tus labios
un sirio entre tus manos.

Encuéntrame entonces
la noche que me lleve a tu nombre,
la paz de los sepulcros.

Breve Alegoría de una noche sin final



Pensé: "el amor no es agible"
pero llegaste a mí con el sigilo de una liebre
y este amor salió igual que jauría de perros
incontrolable, irracional, violento,
rompiendo todo lo que soy, lo que era, lo que puede ser
y ahora...
ésta calma,
éste maldito silencio,
ésto que pasa
y que nunca pasó.
Y ahora tu eres un pretexto sin usar....

2 jun 2009

Piromanía: (Jugando con fuego y con tus recuerdos) by Luis Vaca

Piromanía: (Jugando con fuego y con tus recuerdos)


Contemplo una vela en forma de colores, a su lado; sombras.

Hago uso escaso de mi mala caligrafía para manchar con tinta está inmaculada hoja en blanco.

Observo el cigarro trapecista sobre el cenicero; vació.

Nadie responde al otro lado del teléfono, solo queda ese infame tono de LA en el aire, recordándome que no hay respuesta de tu parte.

Bebo de mi vaso de whisky; nunca me es suficiente.

Pausa…

Voy a fumarme un poco tu recuerdo, y a beber unos tragos, para de ese modo inducirme amnesia, o mejor aun; para tener valor y asesinar esta maldita imagen tuya que me persigue por todos lados.

Continúo…

Ahora la llamo una vez más; ¡puta! ¡Se muy bien por que no contestas! lo hacías todo el tiempo, ignorabas el teléfono, incluso lo apagabas, mentías con besos, arañabas con caricias… mientras soñabas en mi cama.

Absurdamente elegí esta noche para extrañarte. De forma cruel me han salido pensamientos como ramas por la boca.

El whisky no logra mojar mis penas, la noche no es buena aliada, tampoco lo será la mañana, no hay aliados, ni cómplices, solo testigos que se ríen a mis espaldas.

La llamo una vez más: ¡reputa! ¡Lo hiciste, lo sabia, has apagado el celular! Estrangulo mi vaso. (Espero al menos haber afectado la erección de ese cabrón con mis llamadas.)

Miró la flama, ella seductora… me lanza fuego en forma de de recuerdos.

Llevo la vela al centro de mi habitación, arrojo las sabanas, objetos testigos que envolvieron la pasión pero no conservaron el rastro de su esencia, dejo que el fuego poco a poco las consuma, se abra paso, penetre entre sus fibras y esparza por el aire pariendo humo con olor a olvido.

De ese mismo modo, se consumen en las llamas: tus cartas, fotografías y el resto de pertenencias que dejaste olvidadas.

El calor ha regresado a esta habitación. En este sitio flota parte de tí.

Las sombras abandonan los objetos, danzan por toda mi habitación, después de varios intentos capturo a una en el espejo y la borro con caricias, ella tenia tú forma.

Seguramente esta persecución es lo que me tiene tan mareado.

Será mejor que duerma, y ponga fin a esto. Después de todo, la cama en llamas parece el mejor lecho para pasar la noche sin frió.

1 jun 2009

Esther. Por Jaime Garba

Cruzas la entrepierna mientras giras violentamente soltando el cigarrillo a medio consumir, sabes que no creo en los estereotipos, los detesto. Tratas de amortiguar el disgusto con una sonrisa. Te observo detenidamente, me gustas, tu barba tiene tintes orientales, no necesita de tantos vellos para llenar tus mejillas, tus labios apenas se alcanzan a ver, me pregunto si la misma no es por esteticidad, ¿será una mascara?, ¿qué intentas ocultar?, sé que me estoy adelantando, tal vez a la dirección equivocada, pero deberías saber que soy así, impulsiva. Me miras, seguro también te preguntas que veo en ti, con la diferencia de que no eres el protagonista de mi mente, no puede narrarte, no lo desea, prefiere dejarte en la interpretación. Me pregunto qué harías si me alejara de ti, si te dieran la espalda los estereotipos que tanto aborrezco. ¿Irías detrás de mí, ¿me tomarías del hombro?, ¿me dirías que me amas?.
Aquí estoy, estamos, en el mismo lugar, con los mismos escasos movimientos, el cigarrillo se sigue consumiendo casi hasta el final, el aroma me parece absurdo para una situación como ésta. ¿Romántico?, para nada, esto no es en lo absoluto romántico, pero lo disfruto, lo disfrutas; sigo interpretando tus pensamientos. Abres las piernas, tus partes intimas merecen un respiro, igual me sigues gustando, parece que tu barba sigue creciendo a cada segundo, luce como si en tan sólo algunos momentos cubriera todo tu rostro.
El cigarrillo muere, dejas de sonreír, te levantas, giras lentamente, pasan dos, tres, cuatro segundos, mi pierna derecha se abalanza unos centímetros, la sigue la otra, así hasta alcanzarte, soy una hipócrita, te tomo del hombro, te ato a mis brazos con fuerza, te beso, me besas, nos vamos, los estereotipos se quedan, el cigarrillo ya está en el cielo, se dice algo, se escucha...adiós.