28 jul 2009

Ella mató al amor.

No tenía nada que perder, por lo menos antes de aquel momento. Ahora que lo pienso fue un vil estupidez, no había necesidad, díganme, acaso no es de molestarse que todo este bien, sí, bien, tal cual moralismo y, que de pronto, este mal, sí, también hay que decirlo así cual diabolico significado, porque no nada más por que ella vistiese de angel significaba que no fuera el pinche diablo, vamos, es bien sabido que la figura satánica es mostrada a travez de siglos como la belleza efímera que devora las almas, así, justamente con esa imagen quiero que se queden de ella. Pero ese no era el problema, a mí no me asusta el diablo, en todo caso me daba más miedo Dios, porque si antes de aquel acto ya era medio cabrón, después, seguramente me pisotearia con su solemne talón hasta hacerme añicos.
No debí haberle invitado aquel trago, pero si a reclamaciones pasadas nos fuéramos, debí masturbarme esa mañana para no haber tenido ganas de coger, pero si mis ideas filosóficas se ponen rudas, no debí haber nacido para no haber realizado aquella pendejada. Papá, mamá, alguno de los dos, o ambos también tuvieron la culpa por haberme hecho tan pinche neurótico. Era solo una cerveza y una cogida. Además pensándolo bien ni me alcanzaba para pagar el privado, menos el hotel, con los cincuenta pesos que me cargaba sólo dejó en claro los buenos roznes que nos dimos, pero ese fue el preámbulo de todo. No fueron ni cinco minutos, ya la tenía bien dura, ya andaba bien pedo. Ella no, sé claramente que ella tenía todo calculado, no les digo que es el pinche diablo, y lo digo en presente porque sé que un ronda por ahí, porque el mal es inmortal. Yo ya no quería pedir otra cerveza, si ella lo hubiese sabido se habría dado cuenta de que no lo hacía no porque ya no se me fuese a parar, sino que ya no tendría para pagar por su amor, maldita sea la ignorancia maldita. La muy estúpida rompió con el ciclo sagrado del faje, tiró la cerveza, licor sagrado,Dionisio debió escupirle la cara en ese preciso momento,pero no sucedió nada, sólo se derramó aquel vital liquido hasta desaparecer entre mi entrepierna.Entonces comprendí, ya no habría amor, ya no habría futuro, ya no habría un mañana.
-Esto fue lo que declaro el cabrón señor.
-¿Así tal cual?.
-Bueno, no precisamente, lo último lo cambiamos por aspectos de esteticidad, además lo que dijo en realidad altera un poco el proceso de la historia.
-¿Pues qué diablos dijo?
"... ella derramo su cerveza en mi pantalón y tras sentir ése frió burbujeo en mi entrepierna , mi escalofrío no tuvo otra opción que pedirme que le matara. Y entonces mis manos la estrangularon. "

Esas cosas no se hacen...

Tomé el encendedor que había caído de su chamarra, y prendí un cigarro.
- Nunca había hecho algo así - dijo Mariana apenada
- Siempre hay una primera vez - contesté fríamente

Mariana se levanta de la cama dejando ver su espalda, su culo desnudo y ese tatuaje con las iniciales M.R. envueltos en una cinta que decía "Siempre tuya". Pinche vieja cursi.

- De verdad, esto... bueno, nunca pensé que podría hacerlo.- recogía su ropa torpemente mientras yo la observaba desde la cama. Sacudí el cigarro y tomé la botella de cerveza que estaba junto al buró.
- ¿Entonces, por qué me buscaste?
- No lo sé, pensé que ahora que estas con Manuel,-la interrumpí
- No estoy con él, al menos no como piensas-
- Es solo que, pensé que acercándome a ti podría regresar con él-lo dicho piche vieja pendeja.
- No sabes nada de Manuel
- Pero tu sí
- Yo lo único que sé es que en un wuey confundido, coge conmigo pensando en ti
- De verdad??- ingenua...
- Si de verdad,
- Pero sigue contigo, es decir... tu eres genial, inteligente, simpática, hermosa. Si piensa en mi ¿por qué no regresa conmigo?
Me encojo de hombros, soy sincera, no lo sé.

Me pongo sólo el pantalón, me bajo de la cama y camino hacia ella que se ha vestido, apago el cigarro, y bebo de la cerveza que aun está fría. Me acerco lo suficiente para oler su perfume dulce, meto mi mano bajo su playera que tiene bordada la palabra Bebe sobre sus tetas. La beso, yo también quiero saber que ve Manuel en ella, por qué piensa en ella cuando coje conmigo.

La empujo lentamente sobre la cama, hago malabares para que la cerveza no se derrame.
- NO, ya no, esto fue un error. Estas cosas no se hacen.

Me queda claro, ahora lo sé, no tiene respuestas, me rechaza y al ponerse de pie derrama la cerveza en mi pantalón, yo tras sentir ése frió burbujeo en mi entrepierna, y un escalofrío que recorre mi espalda desnuda, sé que no tengo otra opción, ni ella ni yo.

Y entonces mis manos la estrangulan.

Ya no habrá dudas, Manuel solo pensará en una de nosotras cuando haga el amor.

27 jul 2009

Cerezas y Sandía

Francisco, Paquito para los amigos, lo tenía todo. O eso siempre le decían. ¿Por qué? Porque era soltero y todo sus amigos ya se había tenido que casar o juntar, que para ellos era lo mismo: ya se habían chingado. Y Paquito era libre, gastaba su dinero en lo que quería. Tenia una tele gigante, DVD y horno de microondas. Dichoso tú, le decían cuando se tomaba una cerveza con los amigos de la cuadra. Tienen razón, pensaba Paquito mientras tragaba la cerveza.

Trabajaba en una carnicería, era un buen empleado, el único que no le robaba al patrón y el patrón lo sabía y se lo agradecía regalándole de vez en cuando filete de primera. El filete que no estaba a la venta, por que la perrada, decía el patrón, se cagaría al ver el precio. No, ese filete tampoco se vendía a restaurantes, era como un cargamento de la mejor droga del mundo, solo uno pocos conocidos del patrón tenían el privilegio de probar esa carne. No me falta nada, pensaba Paquito, mientras preparaba su jugoso corte.

Paquito hacia mucho que no tenía novia, por lo que las visitas a los masajes de ‘la nena’ eran cosa de cada quincena. Era cliente consentido, pagaba sin regatear, nunca pedía nada extraño y siempre se venía en silencio.

Pero un día la conoció. En el autobús rumbo al trabajo. Ella se subió a unas pocas cuadras antes de que él tuviera que bajar. Era delgada, morena, de cabello y ojos negros. Olía a cerezas y sandía. Pensó en ella todo el día y pensó que en realidad nada tenía. Se dijo que daría todo por saber su nombre, su horno, su tele gigante, su DVD, su carne de primera. Todo!. Pensaba en el olor de su perfume mientras cargaba una res en canal sobre su espalda.

Pasaron varios días hasta que volvió a verla en el autobús y se bajo triste a trabajar. Espero pacientemente hasta el día en subieron al mismo autobús y se pasó de largo la carnicería. Se bajó hasta que ella se bajó dejando detrás un rastro de cerezas y sandía. La siguió a buena distancia. Su corazón latía con fuerza y trataba de armar alguna frase coherente para hacerle plática sin asustarla. Ella fue deteniéndose lentamente hasta llegar junto a un joven. Se dieron un pequeño beso en la boca y tomados de la mano siguieron caminando. Paquito paso a su lado con paso apretado y siguió andando sin rumbo fijo.

Ese día no trabajó. Regresó a su casa, buscó entre su colección de películas porno y escogió una hardcore filmada a finales de los 70’s y remasterizada en DVD. Comenzó a meneársela mientras se desarrollaba una escena al estilo de las películas de detectives y una voz en off narraba en alemán la escena. Era una pareja en el bar, el tipo le metía mano a una bailarina y ella parecía resistirse mientras hacia muecas de placer. El tipo lograba desnudarla, la empinaba sobre una mesa y le metía un puño completo en la vagina. De pronto la mujer lograba escapar del puño. La narración siguió: al ponerse de pie, ella derramó la cerveza en mi pantalón y tras sentir ese frío burbujeo en mi entrepierna, mi escalofrío no tuvo otra opción que pedirme que la matara. Y entonces mis manos la estrangularon.

Paquito se vino en silencio y comenzó a olvidarse de ella.

Con el beso temido / Ricardo Arce

Aveces, le temo a la muerte
cuando pienso en ella
como una señora de buen talle
y mejores nalgas.

Temo
ser aplastado por su culo inmenso
o devorado
por una boca sin dientes.

Es un lengua ignífera
que me arde la sangre
y funde mis huesos.

La noche nos grita
palabras de tigres,
de leones
y asesinos
muertos de sueño.

Me escondo entre esas cobijas
atizadas de silencio
no soy nada
me repito
un cuerpo con huesos
blancos
y dientes podridos
mordiendo el frío.

Temo, también
los martes que te buscan
te cambian el nombre
te ponen disfraces
y te hacen parecer
una ramera
que cobra caro,
me siento pobre estando contigo
con los martes y contigo,
la lluvia no me alcanza
no me alcanza tampoco
la muerte y el olvido.


Temo
cuando el viento levante tu falda
se desnude tu cuerpo
y mis manos muertas de noche
te sostengan
y te abracen
muerta
de la lluvia de agosto.

25 jul 2009

Escalofrió por Luis Vaca.

Había entrado en ese bar con la única firme intención de tomar un par de tragos y llegar a tiempo para la hora de la cena con la familia de mi novia. Una heineken por favor, dije al hombre de la barra.

No tenia la intención de hablar con nadie, solo buscaba relajarme, siempre me pongo nervioso antes de conocer a los padres de mis novias. Miraba el televisor instalado en una esquina del techo en la parte norte del bar, trataba de concéntrame en el partido de fútbol, entonces escuche una voz sumamente seductora, un tono parecido al de la pelirroja que sale en Roger Rabbit.
Ella dijo: Citrus Martíni por favor. Como por impulso o más bien por instinto gire mi cuerpo. Quede pasmado con esa silueta. Ella agito su bebida, sonrió, dejo uno de sus zapatos apoyado sobre la punta del sexy tacón que tenía por calzado. Yo me estremecí con la imagen. Le pedí al tipo de la barra que le diera otro trago de parte mía, y al escuchar su Gracias, yo quede totalmente pagado. Esa voz me estaba volviendo loco. Le pregunte -¿Qué haces sola en un este sitio?
-De paso, nada en especial. Empezamos una plática de esas totalmente random, hasta que ella dijo: -¿Me quieres coger verdad? En ese momento yo había tomado de mi cerveza y casi le escupo el trago sobre su escote de la risa sorpresiva que me provoco –No, bueno si, pero no de ese modo, bueno si, pero me has tomado por sorpresa.

Salimos de ese bar, mi departamento estaba justo en la esquina, así que lo propuse, ella accedió.

Llame a mi novia, le dije que un amigo estaba en la cárcel y que como buen abogado tenia que atender al llamado, que la profesión es caprichosa y que soy muy ético. Ella acepto mi pretexto como verdad y me dijo que en otra ocasión podría conocer a sus padres.

Estaba emocionado como un niño de secundaria cuando se va coger a la “buena” del salón, mis ojos brillaban y sentía como latía mi corazón. La tome de la mano y caminamos hasta mi departamento. La dosis empezó en el ascensor, yo vivo en el piso 8, me percate que lo abrieron como en el 4, pero no nos importo, seguimos en nuestro asunto y la prudencia del inquilino que decidió tomar el próximo ascensor después de ver ese espectáculo nos ayudo a subirle de tono.

Llegamos, se sentó en mi reposet cruzando la pierna, movía el tobillo de su pie derecho como llamándome. Fui al refrigerador, solo tenia cervezas, destape un par.

Ella se puso de pie para recibir la bebida, una vez mas dijo ese gracias que me enloquecía, y aproveche la ocasión para darle un generoso agarrón de nalgas.

Nos sentamos en el comedor, me miraba jocosamente a los ojos, mordía sus labios, pasaba sus dedos entre sus cabellos, reía, me enloquecía. Fui por otras 2 cervezas, con las que daría por terminada la plática para pasar a lo que originalmente habíamos acordado que iríamos a mi depa: coger.


La cervezas estaban llenas, ella se paro para ir al baño, le indique la ruta que era bastante obvia, al ponerse de pie ella derramo la cerveza en mi pantalón y tras sentir ése frió burbujeo en mi entrepierna, mi escalofrió no tuvo otra opción que pedirme que la matara.

Y entonces mis manos la estrangularon.

20 jul 2009

GENESIS DE LOS SUEÑOS

Los sueños son un espacio breve, tan solo un destello utópico de la mente que se encuentra fuera de la realidad.
Es el instante mas parecido a los estados de estupidez por los que transita de forma cíclica el hombre a lo largo de su vida.
Carecen de perdurabilidad o trascendencia, son como breves espasmos durante el acto sexual; llegan sin esperarlos y se pierden en el aire sin posibilidad de recuperarlos.

Los sueños son el refugio de los temerosos de si mismos, la expresión psicotica de una mente reprimida, cuya realidad dista en demasía de satisfacer sus necesidades. Son la gran expresión y mayor semblanza de las limitantes que el propio ser humano se impone a si mismo.

Y sin embargo se presumen, se platican y se comparten.
Los sueños son una minúscula sinfonía de locuras tatuadas en la mente humana que comienzan a engendrarse al nacer.

18 jul 2009

DESDE EL DF E HIDALGO, NO ES LO MISMO PERO IGUAL

ASI ES, ESTAMOS EN EL DISTRITO FEDERAL mañana nos vamos a HIDALGO, NO ES QUE SEAMOS OMNIPRESENTES, SINO QUE ESTAMOS AL TANTO Y ESPERANDO EL MOMENTO DE PRESENTAR LOS TEXTOS EN TLAXCOAPAN EN HIDALGO, EN LA FERIA DEL FERROCARRIL NO HAY MUCHO QUE DECIR, NO ESTAMOS EN ESTADO DE HACERLO,. la cosa es , que las letras y otras adicciones nos inundan a altas horas de la noche, tratamos de no hundirnos en ellos pero finalmente, quien puede resistir estas mmm... NOS VEMOS PRONTO, NOS VEMOS DE CUALQUIER FORMA. Generalmente será en la calle, o en algún lugar non santo, o quizás en sus malos sueño... igual ahí nos vemos.



ATENTAMENTE:

colectivo Luis Gustavo Franco

PD: de Laura: nomamen nomamen no mamen el saxo de The MArs Volta esta dormido en el piso de arriba
eeeeaaaah viva la familia!!!

8 jul 2009

Primer ejercicio: un cuento corto acerca de lo sueños

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7 jul 2009

Rivotril

Los autos pasan silbando a mi lado; zuimg zumg!!!. Me gusta ver la autopista, creo que llevo dos días aquí, sentado a la orilla de la carretera, quizás más. No lo sé, no lo recuerdo. No he dormido desde la última vez que la vi, mas bien no he dormido desde que la conocí, de eso ya casi un mes.

Todo comenzó cuando la vi, sentada a dos asientos de mi lugar, en ese momento leía que si te concentras lo suficiente en algo o alguien antes de dormir, las posibilidades de soñar con ese pensamiento aumentaban. Cada noche la imaginaba hasta que cerraba los ojos: soñaba nuestro primer encuentro, su sonrisa y el olor de su cabello. Veía su falda roja, su blusa blanca y cómo en pasos pausados llegábamos a ese lugar fuera de la ciudad donde siempre crecen flores amarillas, rojas y naranjas todas con largos tallos. En el sueño siempre le regalaba una rosa roja, entusiasmada la estrellaba contra su pecho haciendo saltar los pétalos y diciéndome “te amo”.

Pero me traicionaba el inconsciente, de repente en mi sueño, ella me rechazaba, gritándome en cámara lenta, destruía y me lanzaba la rosa amenazándome y burlándose de mí ¿por qué iba a besar y decirle “te amo” a un extraño? Se reía de mí humillándome, hasta que me obligaba a caer de la cama. Despertaba sudando, susurrando su nombre, y maldiciéndome por no tener el valor de llamarle a media noche y citarla en el lugar de las flores amarillas, rojas y naranjas.

Así todas las noches, siempre el mismo sueño, nunca me atreví a llamar. Por eso prefería no dormir, los ojos se me hundían en dos lagunas oscuras, mientras mi familia señalaba: “o estás enfermo o te estás convirtiendo en asesino serial”; mi madre quien tenía conocimiento de todas las drogas legales me abasteció de rivotril.

Y esa misma noche me dispuse a dormir dos días. Las pastillas tardaron en surtir efecto, lentamente caí en un sueño pastoso y profundo, en él recorría calles y laberintos hasta llegar a su casa, ella me esperaba con los brazos y el deseo abiertos,… con un grito ahogado la tomaba en mis brazos besándola mientras ella jugaba a esconderse, corría riendo, gritando mi nombre, su olor penetrante a coco y lima me hacia encontrarla, y tomarla nuevamente hasta que llegamos a su sala de tonos naranja amarillos y rojos, su boca y toda ella se abrió a mí, al finalizar y como en cada noche saqué una rosa roja que estrellé en su pecho haciendo saltar los pétalos y ella sonriendo me dijo “te amo”.

Creo que desperté dos días después, o quizás tres, aquí junto a la autopista en este espacio de pequeñas flores amarillas, llevo pijama, y un frasco de rivotril en el bolsillo de la bata, tengo las manos llenas de sangre, y un olor penetrante a coco y lima. Creo que aun sueño, pues sigo escuchando que ella grita mi nombre y dice te amo. Espero poder dormir.

6 jul 2009

A veces sueño que sueño

It's too dark to see the landmarks.
I don't want your good luck charms.
I hope you're waiting for me across your carpet of stars.

Mark Sandman

Cuando era niño y tuve conciencia de que soñaba, le pregunté a mi madre qué eran los sueños. Ella me respondió que eran las cosas que pensábamos durante el día pero sin que nos diéramos cuenta de ello y solo lo recordábamos mientras dormíamos. Como los sueños para mí eran un misterio, su respuesta misteriosa me pareció convincente. He dejado de creer en muchas cosas que creía de niño, pero tengo casi treinta años creyendo que es verdad lo que mi madre dijo sobre los sueños.

Anoche soñé a Carolina nuevamente, pero ya no la soñé como la hermosa adolescente pelirroja que era cuando salimos de secundaria. Ahora se veía vieja y cansada, con varios kilos de más y muchos años a cuestas. En el sueño recordé que siempre que la soñaba me llenaba de gusto por que tenia más de quince años sin verla.

Hace un par de años me surgió la necesidad de volver a encontrarla. Y no tener ni una pista de ella me llenó de frustración y vinieron los sueños donde corría a su encuentro y ella me recibía con su cálida sonrisa y yo iba con la firme seguridad de que tendría el valor de decirle: Carola, me gustas desde que jugamos Pole Position al salir de clases y porque nunca me acusaste por la revista pornográfica que escondía en la mochila cuando tu eras jefa de grupo.

Luego me acercaba a ella y el sueño se descomponía y parecía que en realidad no la había estado buscando, sino que ella siempre había estado conmigo y por lo tanto ya sabia lo que yo iba a decirle o ya se lo había dicho y ya no tenia importancia. Entonces el sueño se hacia incongruente y se disolvía para formar otros colores y otros rostros. Y yo despertaba con la tristeza mordiendo mi corazón y el resto del día me sentía como me sentí cuando tenía cinco años y me extravié en el centro y mi padre me encontró llorando sentado en un macetero.

Hace unas semanas regresé a mi ciudad y fui al dentista porque una muela se me rompió por masticar una piedra camuflajeada entre los frijoles. Yo estaba sentado con la boca abierta viendo el reflector cuando tocaron a la puerta. Era el técnico que esperábamos con la pieza y cuando lo ví, no pude evitar tratar de sonreír con el taladro metido en la boca. Era uno de mis compañeros de secundaria. No recordaba su nombre. Fue de gran ayuda que primero lo saludara el dentista. Platicamos un ratito, solo lo necesario, pues mi amigo tenía prisa: a qué nos dedicábamos, en dónde vivíamos, qué habíamos estudiado. Se fue convencido de que me dedicaba a buscar huesos de dinosaurio. Y antes de que se fuera no pude evitar preguntarle ¿no sabes qué ha sido de Carolina? Me miró extrañado pues no la recordaba.

Anoche soñé con Carolina. Pero al verla vi con tristeza que no era como en mis sueños anteriores y la evité durante todo el sueño. No le dirigí la palabra. Estábamos en algún tipo de reunión sin sentido, de esas que solo puede haber en sueños, y al terminar, todos subimos a un autobús que nos llevaría de regreso a casa. Por momentos parecía un barco de madera más que un autobús. Uno a uno se fueron bajando sobre una calle larguísima y ridículamente angosta. Durante el viaje, Carolina y yo nos sorprendimos mirándonos de reojo y cuando ella bajó, miré con atención el lugar y la casa a la que entraba. Tuve la certeza de que regresaría a buscarla. Me acomodé en mi asiento y seguí atento a las extrañas calles y casas entre las que viajábamos y a la niebla espesa que nos iba envolviendo poco a poco. Llegó mi turno de abandonar el barco-autobús y regresé a la oscuridad de mi cuarto.

5 jul 2009

Despertar

Las cosas siempre pueden empeorar, lo mejor de los sueños es que solo duran lo suficiente para llevarnos a la cumbre de la histeria, y en un espasmo, despertar.


Afortunadamente todo fue un sueño, solo eso. Por un instante viví decenas de momentos en fracción de segundos, y ahora giro placidamente en mi cama. Las sábanas son frescas, el sueño ha sido tan real que me duele la cabeza y siento el cuerpo entumido.

Se siente como si ese microbús en verdad me hubiera embestido. Tengo un poco de cansancio, no vendría mal dormir un par de horas más y dejar que todos estos síntomas falsos me abandonen.

Como pude capturar tantos momentos y emociones en tan pocos segundos, la temporalidad del sueño es muy extraña, por instantes sentí el letargo y la lentitud del tiempo.

Tengo que dejar de leer las notas policíacas, esos atropellados de todos los días se cuelan hasta en los sueños, si, eso es, el sueño encaja con la narración de la nota de el Lunes pasado. Seguramente mi mente se dio a la tarea de recrear el acontecimiento en mi sueño. Yo cambiando de acera por la avenida, el semáforo en rojo, un camión de transporte público a exceso de velocidad no logra frenar, me embiste, soy lanzado por el aire algunos metros, en una fracción de segundos me lleno de recuerdos de lo que he vivido, regreso al duro pavimentó rodando, siento raspones, golpes y de pronto silencio… Escucho murmullos, ambulancias, me suben en una, siento el cuerpo rígido y no puedo abrir los ojos.

Parece que el sueño hubiera durado una eternidad, o que pase bastantes horas dormido.

Será mejor que me de prisa o no llegare a tiempo a la universidad.

En verdad no creí que la mente pudiera influir a tal nivel en el malestar físico. Esto es similar a una resaca.

¡A cabrón, que está pasando!, ¿que hago con estos vendajes llenos de sangre?, me duele un chingo la cabeza, me duele todo.

(Periódico: jueves 02 de julio de 2009.) Como es posible si hoy debería ser martes.

Seguro es una broma, dejare esta porquería de periódico… ¡Un momento! Ese de la fotografía soy yo, -estudiante arrollado por Microbús, es el numero 9 de la semana.-

Por un momento creí que todo esto era un sueño. Alguien a dejado una nota frente a la puerta:
–Hola Ulises, si despiertas no te alarmes, fuiste atropellado el Lunes, por ahora duerme un poco, debes recuperarte de los golpes del accidente, perdiste el conocimiento, me fui a trabajar, un beso. Mamá.


Estaba seguro de que todo era un sueño, bueno, ahora siento el mismo alivio que al despertar de la pesadilla, al menos estoy vivo, que curioso, despertamos de distintas clases de sueño frente a la fatalidad y sentimos ese mismo alivio.

Que extraño, la señora de los jugos no me ha saludado, siempre lo hace. Los taxistas tampoco me hacen caso alguno. Señora, señora, buenos días, me puede decir su hora…
¿Usted si me escucha verdad señor?, ¡no chigues!, ahora si me cargo la chingada.

4 jul 2009

Piedad. Por Isabela

Últimamente todos los sueños de María la perturbaban, eran trágicos, obscuros, sangrientos y cuando había suerte, sin sonido; se asemejaban tanto a su realidad.
Entrar a ese laberinto de imágenes le provocaba una necesidad de zzzzuicidio.

4:00 AM de un fin de semana, con el verano en la frente y la lluvia en la ventana.

En un intento por engañar al sueño ella negocia el placer con las cobijas, su miedo a quedarse dormida la obliga a distraerse y saciar las ganas del cuerpo; se monta en él de la manera más mundana, - abrázame, susurra ella.
Los espejos que visten ese cuarto, le permiten reafirmar su coherencia, ella gime, grita y te ordena en un segundo que golpes su trasero, una palmada vuela y se queda grabada en el eco de tu sudor; el ardor, en ese grito ahogado que ella suelta para despistar al cansancio.
Los minutos pasan, el calor se vuelve insoportable, la humedad de las sabanas se mide en proporción a las batallas transcurridas, y ella teme tanto llegar al orgasmo, al final de la explosión, a que no llegue la muerte y solo el descanso, a esa maldita necesidad de cerrar los ojos y comenzar a soñar.
Silencio; sólo eso y dos respiraciones agitadas, de pronto María escucha un gemidito femenino, uno ajeno, uno que no es el suyo.

Tú ríes y comentas, -tienes competencia.
Yo me erizo y sujeto tu espalda; de repente otro gemido, uno mas fuerte y su voz, una que pide que pare, una mesa se mueve y se escucha como truena y ella o él caen en un golpe seco; pero no ha acabado el espectáculo de sonidos, otro gemido y el bramar de un azote; nuestra pared vibra y yo te encajo mis uñas, esta vez el golpe retumba en los resortes del colchón, te empiezas a quedar dormido y ríes porque crees que me excita la idea de escuchar gemidos ajenos, los sollozos de ésa, que grita que pare.
Silencio.
Escucho tus ronquidos bajitos y me empiezo a acurrucar, el plañir continuo es realmente escalofriante, es imposible reconocer la diferencia entre el placer y la agonía; te muevo y te lloro que me abraces, los golpes en la pared, de nuevo me asaltan yo solo pongo en la balanza de mi cabeza, las pesadillas y esta madrugada que parece infinita.
Volteo y miro el reloj, son casi las siete; suspiro y pienso en el alba y en que he librado ha la madrugada, a la pesadilla, a mi. Te abrazo y me dispongo a prender la tv; alguien toca la puerta, te intento despertar, pero tú aún sueñas, me levanto, me cubro con la sabana y pregunto quien es; pienso que es muy temprano para que servicio al cuarto nos interrumpa; una voz grave me contesta que es recepción, me asomo por la mirilla y entre abro la puerta.
Un policía, el gerente y el encargado piden disculpas y me preguntan con miedo y seriedad, si la noche anterior escuchamos algo en la habitación continua, al mismo tiempo que veo como la mucama saca una sabana como la que me cubre pero pintada en sangre.
Silencio. sszzilencio, szzilencio, zzzilencio, zzzzilencio

- Tuu tuu tuu tuu tuu tuu
Él se levanta, apaga la alarma, María suda y tú la abrazas.
-¿otro mal sueño, querida?
María voltea, el sol ya la desviste y el reloj marcando las 11:40 am con una sonrisa de maldad, le dice: Y tu que pensabas que habíamos librado la puta madrugada.
María se tumba en la cama y con el sol en la cara, suplica ¡piedad!.

Velando tus sueños. Por Yosh González

Heme aquí, velando tus sueños.

Mientras Baco resbala por mis entrañas, los martirios del viñedo me intoxican con alma. La sangre del Creador se mimetiza con la mía y una pócima hereje fluye por mis venas a velocidades mediocres que no asemejan el fluir sangrante de creativa inspiración de mi Staedtler Triplus Ball.

La llama de la pasión ha mermado. Fue remplazada por el agónico mas fiero fuego de un cigarrillo cuyo hedor clandestino oculto de esos, tus finos ojos que ahora miran sin mirar al Universo irreal.

Ráfagas de mares encendidos con aroma azabache se abrazan al albus manto pulcro y sacro; testigo de ya seis batallas que a los dos nos dio muerte, otorgándonos la vida. Y bendigo tu blanco abrigo por cuidar el campo bañado en café con aroma a deseo.

Heme aquí, velando tus sueños, aun cuando los míos yacen extintos… Por cada bocanada tuya que roncas, en mí se libera un suspiro.

3 jul 2009

"LA MUJER DE MIS SUEÑOS" Ricardo Arce

Apretó los ojos y paró la trompita de pescado
Soy anfibio, dijo
Eres molusco, contesté
Besé con ganas de arrancarle los labios, pero sólo los dejé morados
Se quitó la ropa despacito, con cadencia, al ritmo del azote de las olas del mar y del baile lunar
Qué fresa, calzones de corazoncitos, mencioné mientras los olfateaba como animal, como un hombre animal
Idiota, no son fresa, son lindos
Se zambulló en el mar y ese culo rosa y duro y esas piernas de nardo, desaparecieron
¡Puta! Entristecí
Encendí lo encendible, un cigarro y la noche estalló en una melancolíabrutal, de brutal melancolía hizo su aparición con ese astro, harto mítico, redondo, ensangrentado y naranja, embarazada de conejos y de poetas que no tienen nada que hacer
Las olas alcanzaron a morderme los pies
Patalee con el silencio haciéndome cosquillas
Bajé la mirada
Estaba dura
¡Me lleva!
¿Y ‘ora?
Me quité la ropa, me fumé todo de un jalón y me hundí en el mar
Escuché su canto
¡Chingón!
Por eso las olas huían, escapaban escandalizadas de su canto, peces y estrellas sumergidas, derrotadas por su voz… por sus cien voces
Abrí los ojos, la noche ahí estaba, sumergida en los ojos de Dios, y Dios no sabía que todo eso pudiera caberle, tenía espacio para alguien más
Chiquita, ven a mí, te amo
Salió de entre corales y montada en un pulpo gigante, sus cabellos de algas verdes, sus tetas de concha y su cola de sirena.
¡Ah chinga! ¿Por dónde se mete?
Poseidón enfurecido saca su tridente y lanza rayos láser que duelen un chingo, que queman y hacen que la piel se te ponga negra chamuscada.
¿Qué pez Acuaman?, yo sólo quiero echarme un palito
(lloré)
Un cangrejito salió bailando y cantando “Bajo el mar, bajo el mar nadie nos fríe ni nos cocina en un sartén”
Bailo y me imagino al cangrejito al mojo de ajo
Cien tritones salen con su su chisme colgando, se acercan con ojos de deseo

¡¡¡¡Noooooooooooooooooooooooooo!!!!


Asuputaremadrenomecojanculerosquedueleyonomasquieroalamorrabuenaspiernasdarlepadentrodeochojetesusencremitaafeitensealmenos

Despierto
estoy solo

El ataque. Jaime Garba.

-Cierra los ojos. Dijo Esmeralda a Raúl que aun parpadeaba por toda la habitación oscura. –¿Y si regresan?. –¿Quiénes?. Preguntó ella. –Los monstruos. Contestó él con la voz entre cortada. Esmeralda comentó que los monstruos no existían, pero esa afirmación proveniente de alguien como ella no daba nada de calma. No era su madre, no era absolutamente nada con él, qué certeza podría otorgarle una desconocida. –Vendrán. Dijo Raúl. Lo habían hecho ayer, antier y cada día desde que se habían mudado a aquel departamento. Sus padres, quienes estaban en la fiesta de los Perez, de aquellos hipócritas amigos. Se burlaban cuando apagaban la luz aun contra la voluntad de aquel indefenso ser, pero la risa se suplía por castigos matutinos cuando las sabanas amanecían con los orines de manufactura temerosa por el ataque de los monstruos. Sabía que exageraba, nunca lo atacaban, se metían por debajo de la sabana, debajo de la cama, le pasaban por encima, por un lado, pero nunca le ponían una mano encima, o una garra, o lo que fuese que tuvieran.
-Cierra los ojos. Dijo Esmeralda a Raúl viendo el reloj desesperada. Ya tenían que estar los señores García para esas horas. El cobrarles más no le alegraba del todo, porque sabía que aquella noche tenía ganas de echarse un buen revolcón con su novio Genaro. A nuestro infante protagonico no le importaba eso, no sabía de sexo, sólo de monstruos, era un experto en eso.
Esmeralda salió de la habitación ante las suplicas. Se quedó sólo, ya no gritaba, ya no había a quien gritarle, miró su habitación, cada especifico espacio que le permitiera descubrir de dónde saldrían sus enemigos esa noche. Quería sentirse valiente, quería que olfatearan valor y no temor.
Pasaron las horas, tal vez minutos, aun no tenía noción del tiempo, pero definitivamente algo pasó, la puerta principal se abrió, Raúl pegó un fuerte brinco, sus parpados quienes instantes atrás habían caído rendidos tuvieron que despertarse estrepitosamente. Un paso, dos, se acercaban, como siempre no le tocaban, venían por un lado, por el otro, por debajo. Dentro de todo se sentía seguro, todo hasta que… Los sentía, los olfateaba, estaban más cerca, lo tomaron, atacaron sus mejillas con liquido babeante, lo estrujaron intentando quebrantar su suave cuerpo, se pusieron sobre de él, uno por cada lado, estaba perdido, no lloraba, gritaba desesperado que alguien lo salvase, no había nadie, sólo los malditos monstruos. Se dejó vencer, cayó rendido, como un cadáver seco y desarropado en la cama de su habitación. Cualquier personaje externo hubiese percibido el aroma a orines
El despertador sonó, eran las siete, Raúl se levantó con la certeza de que ya no habría monstruos, en aquel nocturno ataque los mordió, los atacó ferozmente mientras estaban sobre él, los orinó, sabía que si aquel liquido saldría de su cuerpo de cualquier forma, sería mejor que fuera sobre de ellos, para aniquilarlos, o, por lo menos humillarlos, despertó un poco feliz, había tenido un poco de venganza. Salió al comedor, sus padres yacían sobre la mesa estereotipadamente. Lo miraron coreografiados, fruncieron el seño, su mirada era penetrante. Raúl se sintió extraño, se acercó más y más, parecían desconocidos, y ¿cómo no? Quién diablos se atreve a orinar sus padres… y nadie se atrevería a decir que soñar, es unbuen pretexto.