23 mar 2009

De pinta... al pasado. Isabela.Ceja

Por razones incestuosas deje de frecuentar al abuelo, de mirarle,de creerle, de amarle, de odiarle; hasta que un día el olor de los nardos se hizo presente y descubrí que hacia ya muchos años que le había perdonado.
Deje de procurar a los ancianos, de ir a los asilos, de regalar monedas en el metro y para lo único que termine sirviendo fue para ceder mi asiento en el bus.

Mi madre era una mujer que sufría de orgasmos anticuados en verano y frigidez obsoleta en invierno, ella estaba aburridamente casada para mi gusto, necesariamente amartelada para el suyo.
Desde que yo recuerdo ella vende, de verdad solo vende; la mejor vendedora del barrio, lo único que nunca ha podido sacar, es a su hija, pero no es su culpa, la fémina esa que se aferra a quedarse solterona y eternamente enamorada (casi rompe el patrón, fue lo que dijo la psicóloga).
El día que se entero de que su padre había roto la constitución huyo de casa por varios meses, yo la veía y le escribía del diario, pero ella se aferraba a no existir; mi padre hizo una pausa a la vida y su coraje se lo trago la tierra, jamas movió un dedo y entonces un buen día el doctor me dijo que se había quedado ciego, los días pasaban y yo rezaba para que mi madre volviera, hasta que un día el sol se levanto temprano y mi madre comenzo a lavar los trapos sucios fuera y dentro de la casa, aveces lloraba porque las manchas eran tan rojas que perforaban las pendras, a veces reía porque en la radio cruzaba su canción favorita y otras tantas no mas preparaba gelatinas para olvidar que los aires pegaban recio en el otoño.

Los días pasaron, los doctores nos visitaron, el bachillerato llego y mi primer novio se fue, ése que había soñado mis pesadillas, apachurrado mi mano mientras los monstruos bajo la cama me asaltaban y las flores en primavera se marchitaban. Llego Mer mi mejor amiga de toda la vida, los condones se pusieron de moda, la noche era mi mejor aliada, bese a una mujer, luego a un hombre y descubrí que rifan mas los dídimos y que las tetas no mas estaban de moda. Un día la Mer coció mi mano, sin querer caí en la pubertad y broto un montón de porquería y reclamos de aquella muñeca, luego me cacheteo y se consiguió un novio, le duro poco porque resulto que ese chico tenía la gama emocional de un escarabajo.

Mi padre se opero de la vista pero aún no ve bien; mi madre ha dejado de lavar diario, ahora solo lo hace los domingos, a cambio le dio por regalarme abrazos (aveces los envuelve con moños gigantes, casi siempre con una tarjeta de disculpa por haberse retrasado tanto); Mer tiene un novio nuevo con el que se casara en un par de años (mocho para que su madre y su abuela no la fastidien,¿sirve de algo? no); yo me convertí en una Ninfa, a veces me disfrazo de Isabela pero la verdad prefiero ser catarina, creo que encontré a mi pingüino y digo creo porque la verdad tiene cara de panda, me iré de pinta en un par de semanas con él y lo mejor de todo, he olvidado el olor a los nardos, al jabón y la ceguera.

Propósito de año nuevo número ochomildoscientosuno: visitar a los papas del novio, quizá así sepa que es exactamente mi hombre.

1 comentarios:

Blog de fomento a la lectura dijo...

hey isabelita que gusto me da leer esas letras frescas y agradables, me intriga saber si lo que escribiste es autobiográfico, está exelente. sigue así.